Desde el código Morse hasta el cifrado satelital: un siglo formando especialistas que aseguran las comunicaciones en operaciones militares, desastres naturales y la defensa de la soberanía nacional.
Zacatecas, Zacatecas. – Por un siglo, la Escuela Militar de Transmisiones (EMT) ha sido la columna vertebral tecnológica de la defensa nacional, asegurando que cada orden, operación y respuesta ante emergencias lleguen sin fallas a los rincones más críticos del país. Desde su fundación, ha formado a más de 4,000 oficiales, pioneros en dominar desde el código Morse hasta sistemas satelitales y cifrado de última generación. En su centenario, bajo el mando del coronel Francisco Alfonso Vázquez Cruz, la EMT reafirma su misión: evitar que ningún mando quede aislado, incluso en desastres como sismos o inundaciones, donde su labor —como en el Plan DN-III— salva vidas al restablecer comunicaciones vitales. “Sin transmisiones seguras, no hay estrategia posible”, subraya el director, destacando que, tras 100 años, la escuela sigue siendo clave para que México nunca se quede en silencio.
La EMT no solo forja expertos en tecnología, sino guardianes de la soberanía comunicativa. Su historia se enaltece con figuras como el sargento Carlos Maximiliano Gutiérrez Ruiz, quien en la Segunda Guerra Mundial aseguró el éxito del Escuadrón 201 desde las sombras, sin disparar una bala. Su reciente fallecimiento a los 100 años simboliza la trascendencia de un legado que hoy inspira a nuevas generaciones de cadetes, ahora licenciados en Tecnologías de la Información. “Formamos líderes, no solo técnicos”, insiste Vázquez Cruz, cuyo compromiso es preservar un siglo de disciplina y adaptación tecnológica. Con el lema “Por la Ciencia y el Progreso de México”, la EMT avanza hacia su segundo siglo, lista para enfrentar los retos de un mundo hiperconectado, donde su rol como alma invisible del Ejército será más crucial que nunca.