Comunidades de Pinos y San Luis Potosí Claman por Medidas Urgentes Frente a la Sobreexplotación de Recursos Pétreos y el Deterioro de su Ecosistema.
Pinos, Zacatecas. – Un llamado urgente a las autoridades ha sido emitido por un grupo de 426 ejidatarios de San Martín, Pinos, y comunidades vecinas del estado de San Luis Potosí, debido a una alarmante crisis ambiental que afecta gravemente a su región. Los afectados denuncian que la sobreexplotación de recursos pétreos está provocando daños severos al ecosistema local, con consecuencias devastadoras para la flora y fauna endémica.
Los ejidatarios, que representan a localidades como San Martín, La Esmeralda, El Sauce y La Cuesta, han señalado que la extracción desmedida de arena y otros materiales ha resultado en la destrucción de árboles centenarios, incluyendo sauces y pirules, así como en la devastación de hábitats esenciales para especies locales como tecolotes y armadillos. Esta actividad ha tenido un impacto directo en aproximadamente 200 hectáreas de terreno.
La concesión para la explotación de recursos pétreos fue otorgada en 2013 por un período de diez años. Sin embargo, los denunciantes afirman que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha declarado que dicha concesión ya ha expirado. A pesar de esta declaración, la explotación continúa, con graves repercusiones para la infraestructura local, que incluye el colapso de viviendas debido al paso de camiones pesados y la destrucción de puentes vitales para la comunicación entre las comunidades.
A pesar de las denuncias, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha otorgado permisos de explotación hasta 2030. Además, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) ha prometido una visita para evaluar la situación, pero dicha visita aún no se ha concretado. Los ejidatarios han reportado que se les ha impedido el acceso para presentar sus quejas durante las visitas programadas.
Las comunidades afectadas, que en total suman alrededor de 1,200 habitantes, también enfrentan problemas adicionales como la contaminación del subsuelo con diésel y aceite, comprometiendo la calidad del agua y la viabilidad de sus huertas.
La creciente preocupación entre los residentes es palpable, con temores de que la inacción de las autoridades pueda llevar a daños irreparables a su entorno natural y sus medios de vida. Los ejidatarios exigen una revisión inmediata de la situación, la intervención de las autoridades competentes y la implementación de medidas efectivas para detener el ecocidio en curso.