Inversiones de Estados Unidos, en riesgo de dirigirse a Texas en lugar de México por nuevas reformas

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El presidente de la American Society of México, Larry Rubin, reveló que ante la incertidumbre, empresas estadounidenses frenaron sus anuncios de inversiones en México y ven la posibilidad de moverse hacia Texas.

“El consejo directivo de la American Society decidió no anunciar la inversión, justo por el contexto actual (la reforma al Poder Judicial)”, alertó Rubin durante la Tercera Convención Binacional de la American Society of México.

El gobierno del estado de Texas, liderado por el republicano Gregory Wayne Abbott, ha lanzado una estrategia para atraer miles de millones de dólares en inversiones extranjeras. Esta campaña busca capitalizar la incertidumbre generada por las reformas estatistas implementadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México, que han afectado sectores clave como el energético y el estado de derecho. Con su economía robusta, Texas supera incluso a países como Italia y Brasil, y está utilizando políticas pro-empresariales para captar la atención de los inversionistas.

Recientemente, se llevaron a cabo reuniones en Austin entre Abbott y grupos empresariales que ya operan en la frontera con México. Durante estos encuentros, se presentó un ambicioso proyecto para crear una Franja Económica Especial en la frontera de Texas con Tamaulipas. Esta zona ofrecerá incentivos fiscales, mano de obra con salarios más bajos y competitivos que el resto de los Estados Unidos con visas de trabajo temporales para mexicanos y tres ventajas que México no puede ofrecer: seguridad, garantía de estado de derecho y suministro energético confiable.

El plan de Abbott también está dirigido a empresas mexicanas que tienen una fuerte presencia en el mercado estadounidense. El objetivo es que estas empresas consideren trasladarse a Texas, donde encontrarán condiciones mucho más favorables que en su país de origen. El mensaje es claro: en lugar de exportar productos desde México, las empresas podrían producir en Texas y aprovechar los beneficios fiscales, energéticos y legales de operar desde Estados Unidos.

Esta estrategia, que lleva varios meses en marcha, se ha intensificado en respuesta a las políticas del gobierno mexicano, que son vistas como cada vez más hostiles hacia el sector empresarial. Abbott ha sido enfático al ofrecer garantías de seguridad y estabilidad jurídica, lo que contrasta con el panorama actual en México.

Mientras tanto, la administración de la 4T sigue minimizando la competencia que Texas representa para el nearshoring, un error que podría tener serias consecuencias para la atracción de inversiones en México. Texas, por su parte, está feliz de que su principal competidor no reconozca el desafío que representa.

En tanto el Embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, cuestionó nuevamente la reforma al Poder Judicial y advirtió de un grave daño en las relaciones de ambos países.

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