La presa de Rivera en Fresnillo, que impresionó a todos con su lleno total el pasado mes de septiembre después de casi seis años sin llegar a su máxima capacidad, ha experimentado una notable disminución en su nivel de agua.
Según informes recientes, la presa se encuentra actualmente al 70% de su capacidad, lo que refleja los efectos de una sequía prolongada de tres años en la región. Aunque el entorno que rodea la presa sigue siendo verde y paradisíaco, la explotación del agua por parte del sector agropecuario ha provocado una reducción en el volumen de agua disponible. La falta de lluvias durante el año pasado y la erosión de la tierra son algunos de los factores que han afectado el nivel de la presa.
A pesar de estos desafíos, la comunidad espera que el año 2025 traiga consigo lluvias copiosas que permitan recuperar la capacidad de la presa al 100%. La sequía ha tenido un impacto significativo no solo en la infraestructura hídrica, sino también en el campo zacatecano, afectando tanto a los productores de semilla como a los ganaderos.
