La comunidad de La Luz, en Fresnillo, vivió una vez más su tradicional fiesta en honor a la Virgen de la Luz, una celebración que destaca por su gran participación y la unión de sus habitantes, muchos de ellos radicados en Estados Unidos.
Aunque normalmente en La Luz viven unas 50 personas, durante esta festividad la población crece considerablemente con el regreso de paisanos que mantienen viva la tradición desde lejos. Juan Pablo Galván Martínez, subdelegado municipal, destacó el trabajo y esfuerzo que implica organizar las danzas, música y demás actividades que hacen de esta fiesta un evento lleno de fe. La reliquia comunitaria, que atrae a cientos de personas de Fresnillo y sus alrededores, es uno de los elementos más importantes que conserva la identidad y espiritualidad del lugar.

A pesar de la alegría y el aumento temporal de población, la comunidad aún enfrenta retos básicos como el abastecimiento de agua potable, un problema histórico que se vuelve más evidente en estas fechas. Galván Martínez mencionó que aunque el suministro es limitado, se llevan a cabo esfuerzos para garantizar el agua necesaria durante la fiesta, incluso con pipas y tinacos para cubrir la demanda.