El pasado viernes, las calles de Fresnillo fueron testigos de una de las peregrinaciones más importantes de la región: la peregrinación hacia el Santo Niño de Atocha en Plateros.
Peregrinos provenientes de diversas comunidades de Fresnillo, como el Salto, México Nuevo, San José del Alamito, San Cristóbal y El Obligado, se reunieron para participar en esta devoción religiosa, que es parte fundamental de la Parroquia de la Divina Providencia. A lo largo de los años, esta peregrinación ha crecido en número de fieles, siendo especialmente notable la participación de hombres este año, algo que se diferencia de ediciones anteriores donde predominaban las mujeres.
En entrevista con Don Pedro Ramírez, un celador con más de 35 años de experiencia, compartió su perspectiva sobre el significado de esta tradición. Originario de El Salto, recordó cómo las peregrinaciones comenzaron en comunidades como San Cristóbal y el Salto, hasta llegar al Santuario del Santo Niño de Atocha en Plateros, un recorrido que representa una verdadera muestra de fe. A pesar de lo extenuante que puede ser la caminata, Don Pedro aseguró que lo más importante es la devoción al Santo Niño de Atocha, quien ha otorgado favores y milagros a lo largo de los años.
