Este 17 de diciembre se cumplen tres años desde la colocación del imponente Santo Niño de Atocha en la comunidad de Plateros, en Fresnillo, Zacatecas.
El gigante fue inaugurado por el obispo local y autoridades del Gobierno de la Ciudad, como parte de un proyecto que ha cautivado a miles de visitantes de todo el mundo. En este tiempo, el Santo Niño se ha convertido en un símbolo de fe y esperanza para los zacatecanos, siendo un importante centro de atracción turística. “Este niño gigante está colocado en este hermoso poblado, y su presencia ha transformado la visita de turistas locales e internacionales”, expresó el fundador del proyecto, Gerardo Santillán de Ruiz Esparza.
El sitio ha registrado un aumento en la afluencia de visitantes, especialmente durante las festividades. Fieles y turistas se acercan para pedir favores, agradecer milagros recibidos y disfrutar del paisaje único que ofrece este emblemático lugar. “Muchos vienen desde otros estados, incluso desde el extranjero, como Denver o Ciudad de México, para rendir homenaje al Santo Niño”, comentó Reina Moreno Pérez, encargada del mantenimiento del lugar. Con la esperanza de seguir creciendo como atractivo turístico, se espera que durante las vacaciones decembrinas la afluencia de personas continúe aumentando, destacándose como un lugar de devoción y turismo en la región.