Fresnillo, Zacatecas.- La pequeña comunidad de Santa Teresa, ubicada a las faldas del Cerro Gordo, pese a su pequeña dimensión ya cuenta con 74 años de ser fundada. Aunque está compuesta por alrededor de 18 familias, su historia y patrimonio cultural la convierten en un lugar especial en el municipio. Los primeros habitantes llegaron desde la comunidad de Río Florido, quienes, tras un recorrido, encontraron en este rincón un espacio ideal para asentarse y comenzar una nueva vida junto a sus familias.
En los años 80, la comunidad dio un paso significativo en su desarrollo con la construcción de la capilla dedicada a Santa Teresa, la cual se convirtió en el corazón espiritual de la localidad. Esta obra fue bendecida el 27 de noviembre de 1983 por el obispo de Zacatecas, Rafael Muñoz Núñez, y fue edificada con piedra y arcilla del propio terreno, lo que refleja la conexión entre los habitantes y su entorno.
María Antonia Rangel, hija de los primeros pobladores de Santa Teresa, relató que la capilla fue construida cuando la comunidad cumplió 25 años de ser fundada. Sus padres, encantados por la belleza natural del lugar, decidieron comprar el terreno y asentarse allí con sus hijos. Poco a poco, algunos tíos y familiares se unieron a la comunidad, fortaleciendo los lazos entre los habitantes.
La construcción de la capilla fue posible gracias al esfuerzo de los hermanos de María Antonia, quienes se encargaron de acarrear cada piedra y arcilla necesarias para su edificación. Con el paso de los años, la capilla no solo se convirtió en un símbolo religioso, sino también en un legado cultural para Santa Teresa.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha reconocido la importancia de este patrimonio, prohibiendo cualquier modificación a la capilla debido a su valor único en el municipio y su estatus como patrimonio cultural.