Arnoldo, un padre de familia de la colonia Americana en Guadalajara, Jalisco, incentivó a su hijo a votar en las elecciones del 2 de junio prometiéndole un automóvil a cambio. Comentó que su hijo mayor no había ejercido su voto, por lo que le condicionó la compra del vehículo a que participara en el proceso electoral.
Arnoldo enfatizó la importancia de la participación ciudadana en las elecciones para lograr un cambio tanto a nivel estatal como nacional, calificando a quienes deciden no votar como “ciudadanos de segunda y tercera”.
También mencionó que incluso sus suegros no votan, y opinó que aquellos que no participan en las elecciones no deberían tener derechos. Además, expresó su sorpresa al enterarse de que una persona con la que había hablado no había votado en México en los últimos 18 años. En resumen, Arnoldo abogó por la importancia del voto como un deber cívico fundamental.