Tras 25 años de haber ocurrido uno de los crímenes más impactantes en Aguascalientes, las autoridades ministeriales finalmente detuvieron a Francisco Javier y Liliana Lucero, padres del menor conocido como el “Niño del Contenedor”. Este caso estremeció a la comunidad en 1999 cuando el cuerpo de un niño de cuatro años fue encontrado en una caja de cartón abandonada en un contenedor de basura, con visibles huellas de tortura.
Los hechos se remontan al 12 de noviembre de 1999. Según testimonios, un taxista trasladó a un hombre que portaba una caja de cartón desde la Central Camionera hacia la calle 28 de Agosto, en el Barrio de la Estación. Horas después, un pepenador descubrió la caja, pensando que le sería útil. Para su horror, al abrirla encontró el cuerpo del niño, lo que desató una investigación por parte de las autoridades.
El hallazgo generó consternación en la comunidad, especialmente debido a las condiciones en las que fue encontrado el menor. Presentaba evidentes señales de violencia, lo que llevó a las autoridades a considerar este caso como un homicidio brutal. El pepenador alertó a la policía, y elementos de la entonces Procuraduría de Justicia del Estado comenzaron a investigar el crimen.
Gracias a la declaración del taxista, quien proporcionó las características del hombre que transportaba la caja, y al testimonio de los abuelos del menor, las autoridades identificaron al niño, así como a su madre y al presunto responsable: su padrastro. Sin embargo, ambos huyeron, lo que complicó la captura durante más de dos décadas.
En 2023, el Grupo de Homicidios Tradicionales de la Fiscalía General de Aguascalientes retomó el caso. Investigadores volvieron a contactar a los testigos originales y lograron obtener nueva información. Fue así como descubrieron que Francisco Javier y Liliana Lucero residían en Chetumal, Quintana Roo.
Con esta información, las autoridades solicitaron órdenes de aprehensión y finalmente lograron arrestarlos. Los detenidos enfrentan cargos por el homicidio del menor y serán trasladados a Aguascalientes para continuar con el proceso judicial.
Este caso no solo marca un logro para la justicia, sino también un recordatorio de la importancia de no abandonar investigaciones en crímenes atroces. La captura de los presuntos responsables cierra un capítulo doloroso para la comunidad y abre la puerta para que las víctimas finalmente encuentren justicia.
El “Niño del Contenedor” deja una marca imborrable en la memoria colectiva de Aguascalientes, resaltando la necesidad de proteger a los más vulnerables y buscar justicia sin importar cuánto tiempo pase.
